El colectivo de Actrices Argentinas denunció al exdirector del Centro Cultural San Martín por acoso
Este jueves en el Hotel Bauen varios movimientos feministas acompañaron a Anahí de la Fuente, ex maquilladora del Centro Cultural, que sufrió el acoso sistemático por parte de Diego Pimentel.
"Nos unimos en este día para visibilizar de forma masiva una realidad extendida en todos los ámbitos académicos y laborales: la violencia de género y el acoso sistemático, ejercido desde el abuso de poder", comenzó leyendo Anahí de la Fuente, la joven maquilladora del Centro Cultural San Martín que luego de denunciar a Diego Pimentel, sufrió el despido de su trabajo.
Actrices Argentinas junto a autoras, escritoras, directoras, técnicas de cine, bailarinas y otros espacios de trabajadoras de la cultura, leyeron un comunicado donde expresaron que acompañarán a la joven maquilladora en su denuncia penal por acoso sexual y maltrato físico contra el ex director del Centro Cultural San Martín, Diego Pimentel.
La primera en tomar la palabra fue Jazmín Stuart: "Acompañamos en este acto la denuncia penal de Anahí de la Fuente, quien sufrió acoso y maltrato dentro del Centro Cultural San Martín por un directivo que, a su vez, es responsable de una cátedra dentro de la UNA, Universidad Nacional de las Artes".
Y siguió: "Repudiamos por completo el hecho de que un sujeto que ejerce este tipo de violencias, ocupe cargos jerárquicos en espacios que reúnen la cultura, la educación y el Estado. Y estamos aquí para decir basta".
Luego Stuart le pasó el micrófono a Alejandra Flechner, quien siguió con la lectura: "Jefes que creen ser dueños de los cuerpos de sus empleades, manoseándoles, haciendo comentarios sobre su aspecto físico y su vestimenta, insinuándose, persiguiéndoles y castigándoles al menor asomo de rechazo, con gritos y trabajos fuera del horario pautado. Tratándoles de incapaces, rebajándoles, por su género, a realizar tareas no correspondientes y humillándoles públicamente en caso de no cumplir con sus reglas machistas y autoestablecidas".
Cecilia Roth prosiguió con la lectura: "Cuando la posibilidad de que otro empleade sea testigo y decida acompañar a la víctima, utilizan ciertos métodos de extorsión con prácticas obvias como inesperados aumentos de sueldo en un evidente intento de comprar su silencio. Si esto no afecta el trato, también son amenazados con dejarles sin empleo".
Roth le condeció la palabra a Laura Azcurra quien leyó: "Planteamos esto con la esperanza de que este criterio se extienda a cualquier ámbito público y también al privado. Porque sabemos que esto sucede en cualquier espacio de trabajo. El sistema debe reinventarse de raíz, para garantizar un clima laboral justo y saludable. El trabajo debe dignificar, no humillar. Debe aplicarse un protocolo de género en cada ámbito privado o público, y debe ser respetado por cada persona que integre esos espacios".
Julieta Díaz agregó: "Tal como lo estipula la declaración de la eliminación de la violencia contra la mujer de Naciones Unidas, los Estados deben propiciar por todos los medios y sin demora una política encaminada a eliminar la violencia contra la mujer. Entenderá que la violencia contra la mujer abarca la violencia física, sexual y psicológica, perpetuada o tolerada por el estado donde quiera que ocurra. Exigimos eliminar la precarización laboral y las contrataciones basura. Que no dejen a les empleades en estado de vulnerabilidad frente al maltrato, acoso y abuso. Esto es parte de un sistema que atenta contra la integridad física y emocional de las personas".
Para finalizar, fue Thelma Fardin quien tomó la palabra. "Exigimos la reincorporación de manera urgente de las trabajadoras del Centro Cultural San Martín que fueron removidas de sus puestos por animarse a denunciar. Reclamamos la eliminación del nepotismo como forma de designación de cargos. Queremos concursos transparentes que además de tener en cuenta la capacidad de oficio de les concursantes, evalúen su criterio respecto de la perspectiva de género".
Además, exigieron justicia por Cinthia Choque, la joven de 28 años que era agente de tránsito del gobierno de la Ciudad y fue atropellada en plena vía pública en cumplimiento de su trabajo.
"La injusta muerte de Cinthia dejó a dos hijas sin su madre, y su compañero del cuerpo de agentes, Santiago Siciliano, lucha por su vida, víctima del mismo hecho aberrante", dijeron al final de la conferencia.
Además denunciaron que ambos no tienen "obra social, aguinaldo, 'ART', seguro de vida y con un sueldo debajo de la canasta familiar" y exigieron "basta de trabajo precarizado, basta de contratos basura".