Valiente testimonio televisivo de tres hermanas abusadas
La justicia decidió dar prisión domiciliaria a Guillermo Sosa, quien abusó por una década de sus dos hijastras y su hija biológica. Además, condenaron al padre de Sosa por violar a su nieta. Las mujeres acudieron a los medios para reclamar que la prisión sea efectiva.
El caso trascendió en los medios nacionales, gracias que las tres jóvenes, acompañadas por su madre, Celeste Bisiglia, decidieron dar a conocer su caso ante la prensa.
Las hermanas Mariana y Maira Gómez, y Loana Sosa vivieron un calvario durante más de una década en Olavarría. Los responsables son Guillermo Sosa, pareja por 14 años de Celeste, y padre, Osvaldo.
La Justicia condenó a Guillermo Sosa, un electricista de 41 años, por haber abusado sexualmente de Mariana Solange Gómez, a Maira Gómez y a su propia hija, Loana Sosa; y a Osvaldo Sosa (padre de Guillermo) por violar a Mariana.
Al igual que en el reciente caso de Rocío Girat, la joven que fue violada varias veces por su padre, otra vez la Justicia benefició con prisión domiciliaria a los dos hombres acusados de violar durante doce años a las tres chicas.
"Nosotras no estamos de acuerdo con esa pena. No es ni la mitad de los años que ellos nos arruinaron la vida. Pedimos que los ocho años que les fueron dados sean efectivos", dijo Mariana, abusada por su padrastro y abuelo desde que tenía 12 años.
Según contó las madre de las chicas, los abusos ocurrieron entre los cuatro y 18 años de las chicas.
Celeste Bisiglia reconoció que no se dio cuenta de lo que sucedía. "Las chicas presentaban todos los signos de abuso pero no me di cuenta", explicó con franqueza y dolor.
Las jóvenes, que continúan viviendo en Olavarría solicitan que la justicia revea el fallo y haga que los condenados cumplan condena de manera efectiva.
El tratamiento mediático
La entrevista que las jóvenes y su madre dieron en el programa AM de Telefé, demuestra la importancia de que los medios de comunicación traten determinadas temáticas con la altura que se merecen.
El tipo de preguntas y las formas en que fueron realizadas por Leo Montero, Verónica Lozano y el doctor Midlin, llegaron a dar un mensaje confuso respecto de quiénes son las víctimas y quiénes los responsables de la cruenta situación familiar que vivieron las jóvenes.
Si bien es a destacar que un programa que tiene gran llegada en el seno familiar levante este tipo de temáticas, la forma en que se hace no puede quedar relegada por la vorágine con la que la televisión suele abordar los hechos.
Por ejemplo. en un pasaje de la entrevista, se ataca a Celeste Bisiglia por no haberse dado cuenta a tiempo del abuso que sufrían sus hijas. Poner a las víctimas, o la pareja del abusador, en lugar de "responsables" envía un mensaje confuso, en el cual, otras mujeres abusadas podrían creer que son "culpables" y por ello callen el abuso.
Es importante distinguir entre las preguntas que ayudan a completar el testimonio y las que pueden poner a las "víctimas" en el lugar de humilladas.
En cualquiera de los casos, la participación televisiva de las jóvenes no es un acto de valentía que puede ayudar a despertar a otras mujeres que se encuentran en situaciones de abusos similares.