La mujer había entrado a la tienda Pigmento a hacer unas compras pero el personal de seguridad comenzó a seguirla de cerca al punto de incomodarla y por eso ella comenzó a grabar la situación con su teléfono.

Claramente no era la primera vez que le pasaba algo similar y ella se sintió discriminada por su color de piel y hasta denunció racismo.

Lo cierto es que el acoso del personal de seguridad, sin justificativo alguno, se tornó en algo molesto. Por suerte el rostro de este racista quedó registrado y el local quedó muy mal parado por el maltrato a sus clientes.