Una empleada del Congreso denunció a un senador por abuso sexual
La acusación quedó registrada en la Justicia Federal, y en la misma, la mujer detalla que el senador radical la acosó por WhatsApp, donde le enviaba “videos alusivos al sexo”, y que en un encuentro laboral que tuvieron, le tocó “los pechos”.
La politóloga Claudia Guebel, empleada del Congreso, denunció por abuso sexual al senador nacional por La Pampa Juan Carlos Marino (UCR).
De acuerdo con la denuncia radicada en el juzgado federal n° 5 y la fiscalía federal n°6, el radical primero la acosó a través de WhatsApp, y una vez que se encontraron solos le tocó “los pechos”.
"Al mes de empezar a trabajar, comencé a recibir mensajes de WhatsApp a mi celular que conservo actualmente”, explicó Guebel y detalló: “En esos mensajes me decía '¿dónde estás?', '¿dónde vivís?', 'voy a estar por allá; me doy una vuelta', 'preparate, que voy a tu casa’, me enviaba videos alusivos al sexo".
La exasesora del senador aseguró que los mensajes los recibía "constantemente, varias veces por semana", y reveló: "Una vez que nos encontramos solos directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos”.
Además, según publica Clarín, la denunciante señaló que el jefe de despacho del Senador, Pedro Fiorda, la besó en la boca a la fuerza y le dijo que "Marino tenia aspiraciones de ser Gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a Gobernador de La Pampa por Cambiemos", en referencia a Carlos Javier MacAllister.
Fragmentos de la denuncia, publicados por Clarín:
"El Dr. Amarilla era la autoridad máxima de esta Comisión de Juicio Político. Tenía en su poder varias denuncias por acoso y violencia en la Dirección de Comisiones. Amarilla, desde mi ingreso a la Comisión, me persiguió profesionalmente, me acosó, me intimidó diciéndome que me investigaba con servicios de inteligencia, un día incluso lo vi merodeando por las inmediaciones de mi casa ubicada en la calle Alsina y Entre Ríos, todo esto lo puse en conocimiento de las autoridades de la Cámara las que respondieron afirmativamente abriendo un sumario, aunque no fue expulsado. En la actualidad se desempeña como asesor del Diputado Olmedo. Posteriormente, pedí pase al Senado para asesorar a algún dirigente del Partido Radical. Fue así que desde hace un año aproximadamente y hasta hace alrededor de tres meses asesoré al Senador por la provincia de La Pampa Juan Carlos Marino".
"Yo me acerqué laboralmente a Marino porque él presidía la Comisión de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia desde hacía muchos años, y pensé que para mí iba a ser una posibilidad de contribuir y de aprender. Yo hice la Escuela de Defensa Nacional y un Posgrado en No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva en NPSGLOBAL, ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí".
"Durante mi desempeño junto con Marino, me dediqué a estudiar temas de su interés provincial. Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. Marino nunca leyó ninguno de mis informes. Al mes de empezar a trabajar con Marino, empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular, que conservo actualmente, lo que efectuaba desde su teléfono celular. En esos mensajes me decía “Donde estás?” “Donde vivís?” “Voy a estar por allá. Me doy una vuelta” “Preparate, que voy a tu casa.” Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana".
"Los día 14 de cada mes me presentaba personalmente en el despacho del Senador para conseguir la firma del certificado de asistencia. La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho. Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos, y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos".
"Fiorda me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Luego me dijo “Te voy a llamar a ver como seguimos”. Los días siguientes a este episodio me llamó insistentemente a mi teléfono celular desde el suyo, para que nos veamos. Yo nunca atendí. Sentí asco y mucho miedo por lo que había sucedido. Al día siguiente, caí en cama con un fuerte cuadro de stress, fiebre alta, ganglios inflamados y dolor en todo el cuerpo. Todo ello se puede corroborar a través de OSDE puesto que llamé al servicio de emergencias de mi Obra Social por esta situación".