El testigo Eduardo Camilo Macua relató que a las presas políticas alojadas en el Buen Pastor, cuando estaban por dar a luz, las llevaba a parir a la maternidad, acompañado por la enfermera Rosa Legnassi.

El hombre se desempeñó como jefe del servicio médico en la cárcel de mujeres del Buen Pastor desde 1970 a 1976.

Macua declaró esta semana en el juicio oral que se lleva a cabo en los tribunales federales de Córdoba en el marco de la megacausa La Perla, por crímenes de lesa humanidad cometidos en ese centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico militar.

Cuando le preguntaron sobre lo que sucedía con los bebés, señaló que las parturientas "volvían con los chicos, pero al otro día no estaban más. Me decían que se los habían llevado o la abuela, o una tía o una hermana".  



El testigo Macua fue citado a declarar en relación a la causa de Silvina Parodi de Orozco, hija de la titular de la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo, Sonia Torres, secuestrada el 26 de marzo de 1976 junto a su marido, Daniel Francisco Orozco, cuanto estaba con 6 meses de embarazo.


La tuvieron cautiva en La Perla y el Buen Pastor y dio a luz un varón en la Maternidad Provincial el 14 de junio de ese año. Silvina y su esposo permanecen en condición de desaparecidos y su hijo es uno de los nietos buscados por Abuelas.



Macua indicó que la mayoría de las "detenidas especiales" provenían del centro clandestino de detención Campo de la Ribera, y aseguró que ingresaban "maltratadas" y con marcas en sus cuerpos que daban cuenta de haber estado vendadas.

El declarante recordó que “antes del 76 era distinto, después del 76, cuando entraban las detenidas especiales cambiaron un poco las cosas".

Y admitió: "Teníamos detenidas especiales antes del golpe, y ellas estaban en mejores condiciones. Teníamos buenas relaciones con ellas".

Consultado sobre la hija de Sonia Torres, señaló: "No recuerdo a nadie de apellido Parodi. Pero sí recuerdo el apellido Orozco. Sí, había una Orozco", apellido del esposo de Silvina.