El colectivero bajó con la intención de destrabar una situación que se había ido de los carriles normales cuando un borracho quiso subir en muy mal estado y ante la negativa no dejó que la unidad continuara su recorrido.

El hombre en estado de ebriedad intentó golpear al colectivero que esquivó la trompada y le devolvió la piña, pero todo se terminó con la aparición de un tercero.

Un taxista que pasaba, vio lo que ocurría, golpeó con fuerza al borracho, lo mandó a la vereda y le dijo al colectivero que arrancara, dando por terminado el conflicto.