Marcelo Diez, el joven neuquino que permanecía desde hace más de 20 años en estado vegetativo sostenido por elementos artificiales, falleció este martes por causas naturales, luego de conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que reconoce el derecho del paciente a decidir sobre su muerte.

El hombre se encontraba postrado desde 1994, debido a un accidente automovilístico, el cual le provocó "una grave secuela con desconexión entre ambos cerebros, destrucción del lóbulo frontal y severas lesiones en los lóbulos temporales y occipitales".

El caso llegó a la Corta Suprema, que reconoció, este martes, la muerte digna, aplicando la ley nacional sancionada hace tres años. El máximo tribunal consideró que la Ley de Derechos del Paciente contempla la situación de quienes, como Marcelo Diez, se encuentran imposibilitados de expresar su consentimiento informado y autoriza a sus familiares a dar testimonio de la voluntad del paciente respecto de los tratamientos médicos que éste quiere o no recibir.

De esta manera, tras conocerse el fallo, pasadas las 18 horas, Diez falleció en el Centro Médico Cmic de la capital neuquina.

Hacía tiempo que sus hermanas Andrea y Adriana venían pidiendo la muerte digna para su hermano, ya que él les había manifestado en una ocasión que no quería prolongar artificialmente su vida si alguna vez sufría un estado irreversible.

En el último tiempo, Diez fue llevado a la Casa de Salud de la Asociación de Lucha Neuquina Contra el Cáncer (Luncec) de la que tuvo que ser mudado hasta la clínica Cmic cuando ésta cerró.

"Su último gran regalo fue que primero la Corte emitiera su fallo, ya que de otro modo, de haber fallecido primero, la causa entablada por los familiares se hubiera declarado abstracta", aseguró Lucas Pica, abogado de la familia, de acuerdo con la agencia Télam.