Trabajadores textiles de Cheeky y Montagne cobrarán lo adeudado
Las grandes marcas de indumentaria debieron reconocer los salarios impagos de 85 costureros del taller de Parque Chacabuco. Retornarán al trabajo el jueves, cuando reinstalen el taller que fue vaciado sin previo aviso.
Los trabajadores textiles aceptaron la propuesta que finalmente presentaron las marcas de indumentaria, en la audiencia que se llevó a cabo en el Ministerio de Trabajo el martes y que duró hasta la noche.
Las firmas Cheeky, Montagne, Prestige, entre otras, se comprometieron a depositar para este miércoles un bono de 3 mil pesos. Los sueldos adeudados comenzarán a abonarse desde el 26 de enero, y deben abonarse de manera escalonada cada diez días, antes que finalice febrero.
En tanto, Mónica Mariel Bolo, dueña del taller que vació sin previo aviso y dejó a los trabajadores en la calle, deberá restituir las máquinas para que los costureros retornen a sus funciones. Se presentarán a trabajar desde el jueves a la mañana.
El lunes, las marcas de ropa se habían negado a reconocer la deuda original, y ante la falta de una respuesta, los trabajadores decidieron permanecer en el Ministerio a la espera de una resolución favorable.
La titular de la textil, además, se comprometió a reabrir la fábrica que funcionaba en la calle Zañartú 607, del barrio porteño de Parque Chacabuco, y restituir los puestos de trabajo el próximo jueves, al tiempo que las marcas para las que produce ese establecimiento facilitarán material para comenzar a producir.
Durante el mes que duró el conflicto, los empleados denunciaron que Mónica Mariel Boló cerró sus puertas hace un mes "sin previo aviso", dejando sin trabajo a 85 personas, quienes llevaron el conflicto al Ministerio de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria.
El taller textil confeccionaba ropa para marcas como "Montagne, Cheeky, Mimo, Prestige, Peramus y Yagmour, en jornadas laborales de 12 horas, en negro, sin aportes, aguinaldo, vacaciones ni el cumplimiento de las normas básicas de seguridad, higiene e infraestructura", según denunciaron los trabajadores afectados.
A comienzos de diciembre, cuando se produjo el cierre y vaciamiento de su lugar de trabajo, los trabajadores comenzaron un acampe en la puerta del taller que todavía continúa. Allí debieron pasaron las fiestas junto a sus familias. Restará que se cumplan las promesas para que los textiles puedan levantar el acampe.