El video habla por sí mismo. Rosita Resnicoff, sentada sola sobre un monumento a las Madres de Plaza de Mayo, ubicado en la plaza Congreso, a pocos metros del palacio legislativo.

Ella sola, vestida con su pañuelo blanco, evitó que la Ciudad cometiera otro atropello contra la Memoria de los desaparecidos y los derechos humanos.

Porque su presencia evitó que una cuadrilla de la Ciudad retirar el monumento. El video muestra el momento en que los obreros desisten de su tarea y se retiran.