La producción propuso un test al aire para probar -como aseguraban sus creadores- la efectividad de las 36 preguntas para lograr el éxito en una relación afectiva.

Al momento de compartir intimidades vergonzosas, ambos recurrieron a anécdotas escatológicas o sexuales de su infancia u adolescencia, un clásico en el programa más improvisado de la radiofonía argentina.