En 2013, Anahí conoció a Eduardo en un boliche y empezaron a salir, aunque al poco tiempo ella decidió cortar debido a los celos y el control que ejercía sobre sus horarios, su vida. Desde entonces, el abandonado intensificó el hostigamiento con violencia psicológica y ataques realmente aterradores.

"La relación duró dos meses, pero el hostigamiento ya lleva un año y medio", le contó la víctima al medio marplatense 0223.com.ar.

El hombre la insultaba en su casa, la espiaba -según contaron sus vecinos- mandaba policías de madrugada con falsas denuncias, la seguía al trabajo y le dejaba pintadas con insultos: "Sos una turra, te gusta la pija cordobesa".

Su manera de infundir el terror fue de menor a mayor: la llamaba por teléfono -desde la puerta de su casa- para preguntarle dónde estaba, le mandaba mensajes invitándola a salir, haciéndose pasar por otro tipo, la seguía al sindicato -su lugar de trabajo-, la hostigaba a toda hora.

La cosa se puso peor cuando Eduardo provocó varios incendios, donde resultaron lastimadas y perjudicadas personas del entorno de Anahí: el primero fue en su PH, en septiembre de 2013; otro en la casa del novio de la amiga que le prestó el departamento para vivir con sus hijos. Y el tercero y último –también en la puerta de su vivienda- en enero de 2014: el auto de la pareja de Anahí amaneció quemado.

Tras el incendio en su casa, se fue a vivir a la casa de una amiga y no le dijo a nadie la dirección, sin embargo, Eduardo la encontró y la atormentó: "Ya te vas a enterar qué te va a pasar", le dijo. "Es un hombre que infunde miedo", contó ella.

Anahí juntó todas las denuncias que había radicado en las comisarías cuarta, segunda y primera y se presentó en el Poder Judicial. Fue recibida por el fiscal Fernando Castro. Se armó una causa, que tramita en el Juzgado de Garantías Nº 6. Según Anahí, Eduardo "nunca fue citado a declarar".

Presa del miedo, la mujer decidió mudarse hace siete meses. Hace poco regresó para visitar a sus familiares y al momento del regreso en la terminal de la ciudad costera descubrió a su acosador violando la orden de restricción autorizada por la jueza Lucrecia Bustos. Así la policía pudo detenerlo, mientras ella lo perseguía, le sacaba fotos y gritaba pidiendo ayuda.

"Quiero denunciar a este hombre, quiero hablar con todo el mundo, tengo miedo y lo quiero preso. Tiene antecedentes: lo condenaron por tentativa de homicidio contra su ex mujer. Es un tipo peligroso. Es una persona que infunde terror", relató en su cuenta de Facebook, harta del acoso y preocupada por su vida.

"Si esta persona no está encerrada, va a seguir hostigándome. Preciso una custodia, un botón de pánico. Realmente tengo miedo. Llegué a dejar la vida en esta ciudad por miedo. Me mude. Mi vida está totalmente acotada, no por mi decisión sino por la de otra persona. Tengo que cuidar mi integridad y la de mi entorno. Voy a pedir ayuda por todos lados. No se puede dejar a las mujeres libradas a la solidaridad de los familiares. Así que me voy a quedar porque quiero que se haga algo", lanzó desde la red social buscando una consciencia social sobre el abuso vergonzoso que todavía ejercen tantos hombres en nuestro país.