En un accionar muy parecido al que ocurrió la semana pasada en la protesta de la 9 de julio, la Policía de la Ciudad avanzó contra un grupo de manifestantes que reclamaban la liberación de un dirigente mapuche, Facundo Jones Huala, que todavía permanece detenido en Bariloche aunque su proceso judicial fue declarado nulo.

A pesar de que los manifestantes no habían cortado una calle, los testigos describieron que se trataba de un grupo reducido evidenciando que la represión se convirtió en una política cotidiana. Los policías acusaron que hubo un intento de quemar cubiertas. Incluso se dieron persecuciones por las calles aledañas arrojando un total de siete detenciones.

Según contó la abogada Elizabeth Gómez Alcorta en diálogo con Cynthia García para Radio Caput, las fuerzas actuaron de manera preventiva es decir, sin la existencia de una orden judicial, aunque también cabe la posibilidad de que haya sido una orden directa del poder político.

El reclamo frente a la sede de la Corte Suprema apuntaba a la decisión del juez Gustavo Villanueva de rechazar la excarcelación de Huala, impulsada por la Red de Resistencia Cushamen.

Según informó Página 12, Sonia Ivanoff, la abogada del dirigente mapuche, sostuvo que su detención "se debe a un pedido de captura internacional del gobierno de Chile”, que lo acusa de haber participado en 2013 de un ataque incendiario contra la casa de los cuidadores de un campo cercano a la ciudad de Valdivia, donde fue detenido y luego liberado.

Sin embargo, la letrada dejó en claro que la causa fue resuelta "el 1 de septiembre del año pasado en Esquel" y que se "determinó la nulidad del proceso y la libertad inmediata del Lonko".

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