No lo quiere nadie
Pusieron una lápida en el lugar donde estaba emplazada la estatua doblemente vandalizada de Gaturro
Después de haber sido vandalizada la Ciudad había vuelto a poner la estatua de Gaturro en su lugar con una especie de barrra que supuestamente funcionaría como un dispositivo antivandalismo. Pero la gente no quiere mucho al gato trucho.
La ciudad está plagada de estatuas de las caricaturas más famosas del país pero sólo una fue vandalizada: la de Gaturro.
Después de su reparación la rodaron con una valla para intentar que no vuelvan a pintarla pero no funcionó.
Se ve que el gato plagiado por Nik no es santo de la devoción de los porteños ya que en menos de un día volvieron a vandalizarla y tuvo que ser retirada. En su lugar se hizo una especie de altar y hasta le pusieron una lápida. El dibujante plagiador no dijo nada al respecto a que se encuentra de vacaciones.
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