Nahir Galarza, que cumple una condena perpetua por haber asesinado de dos disparos a su novio Fernando Pastorizzo, parece vivir en una realidad paralela, mas allá del encierro.

La chica quiere recibir visitas a pesar de las restricciones obvias para evitar la propagación del virus e inició una huelga de hambre que ya lleva 9 días.

A pesar de que tiene controles médicos diarios, sus padres dicen que la notaron muy mal y que ya perdió 8 kilos. Otras internas del penal de mujeres de Paraná se plegaron a la medida.

A juzgar por la nota que concedió a un medio local de Entre Ríos, Nahir no tiene esperanzas de que le concedan las visitas por lo que no se entiende bien entonces cual es el sentido de la protesta.