A los casi 31 años de edad y superando el promedio de vida habitual para esta especie en un contexto de encierro, este domingo murió en el Zoológico de Mendoza el famoso oso polar Arturo.

Desde el viernes, los funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento territorial, al mando de Humberto Mingorance, junto a parte del equipo de veterinarios del paseo y la Unidad Fiscal de Medio ambiente de Nación (UFIMA) acompañaron al oso polar, contemplando la posibilidad de dormirlo para evitarle sufrimiento ya agotadas todas las instancias de tratamientos; pero la naturaleza siguió su curso y este domingo por la tarde falleció, según publica el medio local Mendoza On Line.

La presencia de Arturo había generado varias críticas al lugar, debido a las condiciones en que vivía el animal. Tenía un marcado deterioro en la salud, producto de lo avanzado de su edad, según informó el gobierno local, y manifestaba pérdida de apetito y disminución de peso, visión y olfato.

El último parte médico presentado por el cuerpo médico veterinario del Zoológico provincial indicó que el oso permanecía poco reactivo con mínima respuesta a estímulos y depresión marcada de su sistema nervioso central.

"Era un animal de casi 31 años de edad y con un promedio de vida superador a lo habitual de esta especie en un contexto de encierro, puesto que en hábitat natural, el promedio de vida se extiende hasta los 20 años y en contexto de encierro logran llegar a los 26 años aproximadamente", reveló el gobierno local a través de su página web.

Arturo había llegado con 8 años de edad al Zoológico de la provincia de Mendoza en el año 1993 y pasó 22 años de su vida en ese paseo atendido por el personal que lo acompañó en su crecimiento. El animal falleció por un desbalance hemodinámico, lo que desencadenó en una descompensación multisistémica, según informaron.