La procesión fue presidida por el Cristo de "Buen Amor" y la imagen de la Virgen Dolorosa, realizada en 1870.

Los participantes cargaron una cruz penitencial de 15 metros de largo y un peso de 130 kilogramos, como una expresión de solidaridad a Jesús y muestra de sacrificio.

Al igual que el año anterior y teniendo en cuenta la concurrencia de jóvenes, se sumó otra cruz de iguales características con 140 luces, que fue transportada por ellos, simbolizando su rol en la construcción del futuro.

Durante todo el camino un coro y un grupo de actores representaron el camino de Jesús hacia la cruz en las catorce estaciones que tuvieron lugar en cada una de las esquinas, siendo la primera en Luis Sáenz Peña y culminando en la Plaza de Mayo.

Una vez arribados a Plaza de Mayo, los fieles presentes fueron testigos de la representación de la crucifixión de Jesús.

Luego, desde el altar de Bolívar y Avenida de Mayo, la imagen del Cristo yacente, fue acompañada por los representantes de colectividades extranjeras hasta la escalinata de la Catedral y quedó expuesta para la veneración de los fieles hasta pasada la medianoche.