Matanza de civiles: los talibanes prometieron venganza
Los talibanes prometieron vengar el asesinato de 16 civiles perpetrado por un soldado estadounidense en la madrugada del domingo en el sur de Afganistán.
El "emirato islámico" le asegura a los familiares de las víctimas que "vengarán el brutal asesinato de cada uno de los mártires a manos de los invasores", afirma un comunicado publicado en la página web de los talibanes y reproducido por las agencias Europa Press y DPA.
Las víctimas no representaban ningún tipo de amenaza para los "enfermos mentales estadounidenses", destacaron en el texto.
Según el gobierno afgano, un soldado estadounidense asesinó en Kandahar a 16 civiles, entre ellos nueve niños y tres mujeres, el domingo a la madrugada.
Un portavoz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) prometió hoy que el autor de la masacre será juzgado por sus actos.
Se trató de un "incidente aislado", aunque en una "proporción dramática", dijo el brigadier general Carsten Jacobsen.
"Lo que habíamos visto hasta ahora eran persecuciones legales de errores cometidos por soldados en el campo de batalla, en Irak o aquí en los últimos años", señaló. "Y en todos los países que forman la coalición, el Ejército no actuará con templanza contra los autores" de estos crímenes.
La reacción de la OTAN se produjo después de que el parlamento condenó el atentado.
"La Wolesi Jirga (la Cámara Baja del Parlamento) anuncia que, una vez más, los afganos han perdido la paciencia a causa de las acciones arbitrarias de las fuerzas extranjeras", declaró el cuerpo legislativo afgano en un comunicado.
Los parlamentarios demandaron el procesamiento urgente y público de los responsables, así como la formación de una comisión que investigue los hechos.
En su descripción de la matanza de Kandahar, el diario "The New York Times" cita en su edición online a habitantes del pueblo que aseguran que el suboficial fue puerta por puerta hasta que se decidió a entrar a tres viviendas, donde mató a sus habitantes y quemó algunos de los cadáveres, entre ellos el de cuatro niñas menores de seis años.
Según el diario, el suboficial salió de su base en el convulso distrito de Panywai, situado a unos 1,6 kilómetros del lugar del crimen, y caminó hasta el pueblo.
Después de las matanzas, se entregó. El diario indicó que se
trata de un sargento mayor, de 38 años, casado y padre de dos
hijos, que se encontraba desde diciembre en su primera misión en
Afganistán. Anteriormente, había estado en Irak en tres ocasiones.
El presidente afgano, Hamid Karzai, condenó enérgicamente los asesinatos, a los que calificó de "intencionales" y exigió una explicación inmediata por parte de la OTAN.
El mandatario estadounidense, Barack Obama, en tanto, transmitió su profundo pesar por los asesinatos y ofreció sus condolencias al pueblo afgano.
Los hechos, reavivaron el antinorteamericanismo que recorre el país asiático, mientras el Pentágono busca un marco de colaboración estratégica con Kabul para culminar la retirada de tropas de la OTAN, prevista para concretar a lo largo de 2014.