El Gobierno selló el pago por los primeros cuatro aviones de combate Texan II por 88 millones de dólares, aunque la transacción total será por 12 aeronaves y un total que supera los 300 millones, pero lo hizo en un contexto de tensas relaciones comerciales con el gobierno de Donald Trump.

Mientras los Estados Unidos mantienen frenadas las importaciones de biodiésel argentino, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, recibirá en Córdoba los primeros cuatro aviones militares, en lo que destacaron fuentes oficiales como un "gesto" de que "las relaciones bilaterales se mantienen inalterables más allá de cualquier conflicto momentáneo".

Según consignó infobae.com, recientemente se especulaba con la utilización de esta compra de armamento militar -obsoleto para el Gobierno norteamericano- como una llave para destrabar el conflicto por la exportación de unos 1.500 millones de dólares de biodiésel argentino.

El contrato fue anunciado en agosto de 2016 con el objetivo de revitalizar "la capacidad para entrenar a sus pilotos y cumplir las misiones de control de fronteras, especialmente a lo largo de la porosa frontera norte. La Fuerza Aérea argentina utilizará la mayor capacidad para desarrollar un cuerpo de pilotos profesional y como un elemento de disuasión a la actividad ilícita".

El acuerdo incluye el mantenimiento y la formación de pilotos de parte de los EEUU, en lo que sería una clara señal en el contexto de la la Fábrica militar de Aviones, que ya anunció la reducción de su personal. Washington persigue vender a nuestro país radares y armamento liviano y otros elementos, incluso Macri ya habilitó un excedente de un 15% más del presupuesto para 2018 destinado expresamente al reequipamiento de las Fuerzas Armadas.