Fastidioso por que un auto conducía a baja velocidad, el conductor de este vehículo se prende a la bocina y rebasa al otro apenas tiene oportunidad. Hasta ahí, una situación cotidiana en todas las ciudades del mundo.

Pero la historia cambia de rumbo en el próximo semáforo, cuando el que venía despacio se encuentra con el apurado.

Un joven con muy mala cara y un bate de béisbol se bajó para increpar al automovilista y golpear el coche hasta romper cada uno de los cristales.