Las primeras palabras de Mario Bravo, el nieto recuperado 119
Esta tarde, Estela de Carlotto presentó en la sede de la organización al hombre que recuperó su identidad robada durante la última dictadura cívico-militar, y aseguraron que ya pudo conocer a su madre.
Con una sonrisa gigante, Estela de Carlotto al frente de Abuelas de Plaza de Mayo celebró el trabajo de los últimos años que no para de dar frutos.
"Estas cosas no pasan de milagro, ni por magia. Pasan porque hay un pueblo que en paz y sin violencia, fue abriendo caminos que asombran al mundo entero. Se encontró otro nieto, Mario", confirmó la activista en la conferencia de prensa.
"Ves pasar la película de tu vida. Fue muy emocionante, muy lindo, donde se conjugan un montón de sentimientos", contó sobre el encuentro con su madre, que se dio en las últimas horas.
"Pensar que le faltaste a esa familia durante tantos años, es un milagro haber encontrado a mi madre viva. Ahora queiro aprovechar la vida con ella...", pronunció Bravo emocionado ante las primeras preguntas de los periodistas.
"No tenemos por qué dejar de creer que se puede. Da ganas de sentirlo, lo que estoy sintiendo, ojalá puedan sentirlo aquellos que están buscando todavía", pidió y agradeció por el trabajo que hacen todas las instituciones de derechos humanos.
"En tiempos en que algunos hablan de amnistías se evidencia una vez más la necesidad de profundizar las investigaciones porque aún hay desaparecidos con vida y graves delitos que juzgar", disparó Carlotto en referencia al polémico editorial del diario La Nación y las declaraciones de Elisa Carrió el último fin de semana.
"Por todos los nietos y nietas que desconocen su origen y por todas las víctimas del terrorismo de Estado que esperan justicia, nos permitimos decir: ni un paso atrás", concluyó la presidenta de Abuelas.
Sara, fue secuestrada y llevada a una comisaría, donde permaneció detenida entre marzo y julio 1976: allí dio a luz a Mario en cautiverio y esa fue la última vez que lo vio.
La mujer vivió atemorizada y 30 años más tarde se decidió a denunciar los hechos, en la Secretaría de derechos humanos de Tucumán, primero, de la Nación, después, y en 2007 dejó una muetsra de su sangre en el banco genético.