Las consecuencias de "vender" fiestas con sexo libre pero sin control
Después de la denuncia de Camila, la chica de 19 años violada en el boliche La Negra, se animaron más mujeres a contar sus terribles experiencias. Un lugar donde el sexo es libre y la seguridad está ausente, el peligro es inminente.
Luego de que Camila, la joven de 19 años que fue violada por cuatro hombres en la fiesta “@lternativ@” en el boliche “La negra” en el barrio de Balvanera, muchas chicas se animaron a contar su terrible experiencia. La justicia investiga las responsabilidades del lugar, la poca seguridad y control respecto al sexo libre.
Los medios se hicieron eco de lo sucedido y la seguridad de dichas fiestas se pone en el eje de la discusión. @lternativa es una fiesta que se realiza los viernes en Le Click/La Negra. Bajo la consigna “vale todo” los asistentes aseguran que es común ver a personas teniendo sexo en la pista de baile y que falta seguridad en el lugar.
En un lugar con esas características, y según muchos de los jóvenes que han asistido, el sexo es libre y sin la seguridad correspondiente, la perversión parece camuflarse. La polémica se centra en la habilitación de los lugares para realizar fiestas de estas características. Los boliches de intercambio de parejas, por ejemplo, en los que se practica sexo, están habilitados y tienen reglas claras con respecto a los cuidados. Este lugar no y es ahí en donde la Justicia trabaja además de intentar encontrar a los responsables del acto.
“Es medio laberíntico el lugar y el sexo está trivializado. Hay sexo libre. Es común ver gente teniendo relaciones así que imagino que pasa desapercibido ver a una chica a la que están violando”, aseguró una asidua del lugar.
Además, explicó que el personal de seguridad no se interpone ante estas situaciones que son regulares en el lugar. “En Alterna sólo lo hacen cuando tienen que sacar a los que se pelean y se pegan”, dijo.
El boliche ubicado en la avenida Rivadavia 1910, tiene tres pisos, en los cuales hay sitios que los asistentes llaman “reservados”, donde hay sillones y es habitual ver a las parejas teniendo sexo. “El lugar es enorme y están desperdigados por ahí. Son muy turbios”, agregó.
“La gente que va al boliche está acostumbrada a ver sexo, si alguien la vio podrían haber pensado que estaba teniendo relaciones y nada más. Además, se culpa a la víctima, dicen ʻ¿para qué venis a alterna si no queres coger?”, comenta y agrega al debate un punto más, la protección a los agresores porque alegan provocación por parte de la víctima.
A través de Facebook las nuevas denuncias tuvieron un lugar y los dueños explicaron que están preocupados por lo ocurrido. “Dejemos que la justicia investigue como corresponda y por favor si alguien vio o sabe algo no dude en comunicarse para aclarar los hechos”, escribieron en la página.
Los ejes son dos y las investigaciones apenas comienzan: la seguridad y las garantías. La primera, clave y contundente, es que el lugar posea la habilitación correspondiente para realizar fiestas en donde se garantice la seguridad de los asistentes.
Camila ingresó al tercer piso del lugar sin saber que allí se realizan orgías. De ahí parte el abogado querellante para culpar a la víctima sin tener en cuenta el respeto por la voluntad individual. Sea mujer u hombre, si el que participa del acto no lo hace voluntariamente, el acto es un delito.