La secundaria aplicó de manera deficiente la Ley de Educación Sexual Integral
Una encuesta de la Fundación Huésped a nivel nacional demostró que el tema se abordó desde una óptica biologicista y de manera dispar a lo largo de las provincias. Se trata de uno de los principales reclamos de los estudiantes sobre la reforma que necesita la secundaria.
Una encuesta de la Fundación Huésped lanzó una alerta el sistema educativo argentino, sobre la deficiente, sesgada y dispar aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) sancionada en 2007. La cuestión toma relevancia en el contexto de los reclamos contra la implementación de la 'Secundaria del Futuro', ya que la inclusión de esta normativa está entre los principales reclamos de los centros de estudiantes.
Según reprodujo Página 12, el sondeo tomó respuestas de casi tres mil jóvenes a lo largo del país, que cursaron la escuela secundaria en los últimos diecisiete años. De los datos surge que los temas de la ESI se abordan prácticamente solo los relacionados a lo biológico (86 por ciento) y la prevención de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos (72 por ciento), pero se destaca que es casi nulo con el tratamiento de cuestiones de derechos y alternativas frente a los embarazos no planificados.
La Ley "propone un abordaje transversal y continuo que incluye la promoción de derechos sexuales y reproductivos y comprende también los aspectos psicológicos, sociales, afectivos y éticos”, advirtió Cecilia Valeriano, coordinadora del programa de Movilización Social y Redes de Fundación Huésped.
Las opiniones que se volcaron sobre casos de embarazos entre las estudiantes predominaron las referencias al debate entre los compañeros -45 por ciento- mientras que sólo un 39 por ciento mencionó apoyo, acompañamiento o aporte de información por parte de los docentes y preceptores. Además un 38 por ciento señaló directamente que no se habló del tema.
En materia de diversidad de sexualidades, la mitad de los entrevistados indicaron casos de discriminación por orientación sexual o identidad de género en su escuela, en tanto que la mayoría, el 44 por ciento, describió que directamente no se tocó el tema, un 38 por ciento dice que sólo se habló entre los estudiantes y otro 40 por ciento, que docentes o preceptores se refirieron a la cuestión.
“Los resultados dan cuenta de que todavía queda mucho trabajo por hacer para derribar la mirada biologicista y los discursos moralistas y estigmatizantes sobre la sexualidad. Formar ciudadanos que puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos requiere que toda la comunidad educativa se sensibilice y se comprometa a implementar la ESI, pero, sobre todo es necesario que el Estado garantice este derecho destinando los recursos necesarios y que todos nosotros exijamos que se cumpla la ley en todo el país”, concluyó Cecilia Valeriano.