La oscura historia de violación y aborto en la dictadura que contradice a Massot
Fue uno de los momentos más desagradables del debate. El macrista Nicolás Massot se dirigió a legisladores hijos de desaparecidos y aseguró que "ni en ese momento nos atrevimos a tanto", por un lado identificándose con las prácticas de la dictadura y por otro deslegitimando la lucha de los organismos de derechos humanos. La historia de Silvia Suppo, detenida y violada en grupo a los 17 años por militares en Santa Fe en 1977, expone el cinismo y la crueldad en las expresiones de Massot.
Entre la alegría por el inicio de este camino que busca resolver una deuda con la sociedad argentina, siempre hay algunos que pretenden revolver entre los más oscuros recuerdos de nuestra historia reciente, quizá en la búsqueda de una reivindicación provocativa y desafiante ante la conquista de nuevos derechos. Uno de esos personajes cínicos es Nicolás Massot que en el debate de ayer no pasó desapercibido por sus comparaciones en pos de defender "las dos vidas".
Massot dirigió fuertes palabras contra los diputados Juan Cabandié, hijo de desaparecidos, y Mayra Mendoza, en las que recriminó que ni siquiera durante el más sangriento régimen militar la sociedad argentina se había atrevido "a tanto". Sin embargo, al utilizar la primera persona del plural no aseguró que los genocidas no hayan realizado abortos.
En las últimas horas, un periodista santafesino a propósito de las definiciones de Massot, recordó un caso muy particular sucedido en esa provincia en 1977: "Silvia Suppo tenía 17 años cuando una patota de la dictadura la secuestró en Rafaela. Estuvo detenida en la Guardia de Infantería Reforzada de Santa Fe y en La Casita, dos centros clandestinos. La violaron en grupo y quedó embarazada", comienza el relato compartido por Ezequiel Nieva, en su cuenta de Facebook.
Nieva repasó además que durante el testimonio de Suppo en 2009, la mujer contó lo que el represor Juan Perizzotti –luego condenado por torturas y secuestros– le dijo en su celda:"Le vamos a corregir el error"', le dijeron entonces, antes de llevarla a un hospital y practicarle un aborto forzado.
"Silvia Suppo tuvo que esperar más de tres décadas para poder contar su verdad. Pocos meses después, en marzo de 2010, la asesinaron a puñaladas. Su familia y los organismos de derechos humanos siguen exigiendo que se investigue la hipótesis de crimen por encargo. Con su testimonio, Silvia había ayudado a condenar a seis genocidas y además era querellante en la causa de Rafaela, cuyo juicio comenzará en agosto de este año", contextualizó Nieva.
El periodista del diario El Ciudadano le dedicó una dura réplica a Massot: "Además de cínico, es falaz: las dos prácticas –abortos forzados y robo de bebés– fueron parte de un plan sistemático de terrorismo de Estado que incluyó secuestros, torturas, violaciones colectivas contra las mujeres detenidas, robo de bienes, apropiación de empresas y miles de asesinatos. Diputado Massot: en “ese momento”, como usted llama a la época más oscura de nuestra historia, se animaron a todo y mucho más. La memoria de Silvia Suppo no merece estas bajezas", sentenció