La Iglesia heredó el mítico estadio Luna Park
La dueña del complejo por el que pasaron desde Frank Sinatra hasta las peleas de boxeo más recordadas de Nicolino Locche o Carlos Monzón, falleció a los 95 años y no tenía hijos. En su testamento, le cedió el 95 por ciento de las acciones a la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco y a Cáritas. ¿Qué pasará con los shows en el futuro?
Ernestina Lectoure falleció el 9 de febrero pasado, a los 95 años de edad, sin hijos ni familiares de confianza,o al menos eso es lo que se desprende de su testamento.
La mujer deció el 95 por ciento de las acciones de la empresa Stadium Luna Park Lectoure y Lectoure SRL a la Sociedad Salesiana de San juan Bosco y a Cáritas, con la representación legal del Arzobispado de Buenos Aires.
El cinco por ciento restante quedó en poder de un grupo de familiares y herederos de Juan Carlos "Tito" Lectoure, sobrino de Ernestina.
Desde 2007, el edificio inaugurado en 1932 fue declarado monumento histórico nacional, por lo que cualquier modificación necesitaría la venia de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, bajo la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Las autoridades eclesiásticas no adelantaron de qué manera se explotaría el predio, aunque el paso previo es terminar el trámite sucesorio. Por ahora, las redes sociales no anticipan cancelaciones, aunque la página oficial www.lunapark.com.ar no esté funcionando por el momento.
"Tras la muerte de Ernestina, única gerente de la sociedad, el Luna Park está acéfalo hasta que la IGJ (Inspección General de Justicia) apruebe la inscripción de las cuotas a las dos entidades de la Iglesia", informó el sobrino de "Tito" Lectoure, Miguel Ángel.
Las paredes del estadio Luna Park son testigos de shows históricos: los músicos más importantes del mundo, las peleas de boxeo que consagraron a varios deportistas nacionales y diversos actos políticos.
Hasta ahora, fue el techo que albergó a artistas y seguidores defensores de causas progresistas, como la lucha contra la discriminación racial o por los derechos de la comunidad homosexual, entre otros temas. También, se trata del edificio que albergó la reunión más grande de nazis en nuestro país en 1938.
Pero ahora los shows internacionales que tanto disfrutan los argentinos, deberán pasar por la aprobación de las autoridades eclesiásticas, es decir, serán bastante restringidos. O tal vez, sólo se celebren misas en el futuro.
Ernestina también se acordó de los familiares y herederos de "Tito" Lectoure, a quienes les dejó una bóveda en el cementerio de la Chacarita como único legado.
Hágase tu voluntad, Ernestina.