La familia de Santiago sigue desconfiando del Gobierno pero tiene fe en la Justicia
En una entrevista con el diario español El País, Sergio Maldonado reconoció que están dispuestos a reconocer el veredicto judicial una vez que estén los resultados concluyentes de la autopsia. Mantienen su enojo porque suponen que el cuerpo fue plantado, mientras los medios hegemónicos apoyaron la versión sobre ''ahogamiento'' que dio el ministro de Justicia, Germán Garavano.
Sergio Maldonado, uno de los hermanos mayores de Santiago y cara visible de la lucha de su familia por llegar a la verdad de los acontecimientos, está convencido de que Gendarmería "plantó" el cuerpo del joven platense, a pesar de que el Gobierno definió de manera prematura que el cadáver no tenía golpes, obteniendo la excusa para desligar de responsabilidades a la fuerza militar.
“Si pienso con el corazón, le tiro una bomba a la casa de Gobierno, pero yo sé que tengo que pensar con la cabeza. Mi hermano Germán tiene otro pensamiento, está más dolido y no puede diferenciar eso. Yo trato de ser lo más coherente que puedo, no quita que en algún momento no lo pueda lograr. Hasta ahora con Andrea, cuando uno se desvía el otro lo agarra de la mano”, reveló parte de la crisis que atraviesan a partir de la politización del caso.
La entrevista publicada por el medio español refleja la problemática en la que están envueltos, en relación a la opinión pública.: “Que el juez haya salido a decir que el cuerpo no tenía marcas visibles jugo en contra porque parte de la sociedad ya tiene su veredicto de como es. Se convencieron que se ahogó y a otro tema”, protestó Andrea.
Sergio sintetizó todas las dudas que quedan por despejar: “Hipotéticamente murió ahogado, pero, ¿Cómo?, ¿Estaba pescando? ¿Por qué cae ahí? ¿Murió en ese lugar o en otro lado? ¿Dónde estuvo el cuerpo? Es claro que los 78 días no estuvo en ese lugar. Si hipotéticamente estuvo en ese lugar, ¿qué hicieron en todos los rastrillajes?, ¿Por qué no lo vimos nosotros que pasamos por allí? El lugar se veía de todos lados. Cuando desapareció había 30 centímetros de agua en ese lugar y cuando lo encontramos el cuerpo estaba enganchado de una ramita de un centímetro de espesor”, describió sus sospechas.
“Si tenemos que elegir entre los mapuches, que desde un principio nos dicen una versión que siguen sosteniendo y Gendarmería que nos dice que no estuvo ahí y en realidad sí llegaron al río, no es muy difícil de pensar en quién uno va a confiar”, admitió frente a la criminalización que lleva adelante el Gobierno contra la comunidad originaria, con oscuros fines privados.
“Ponen a Santiago como algo para estar a favor o en contra, ¡Pero es una vida! Podés estar de acuerdo o en desacuerdo con algún gobierno en lo social o económico, pero no podés estar a favor o en contra de la muerte de una persona. Hay una parte de la sociedad que cuando se sepa la verdad va a seguir pensando lo que quieren. No van a aceptar otra cosa”, se quejó.
Más allá de que describen la actuación judicial hasta el momento como muy pobre, la pareja entiende que el caso puso en jaque el funcionamiento independiente de los poderes del Estado: “Santiago vino a interpelar todo. El sistema judicial, político y la sociedad misma. La agresión que vivimos a través de redes sociales es brutal. En Argentina siempre se genera con todo un Boca River, y ha pasado incluso con esta muerte”, remata Andrea.