Laura Carlotto tenía 23 años cuando fue secuestrada junto con su  compañero en La Plata en noviembre de 1977, cuando ambos militaban en la Juventud Peronista.  La joven estaba embarazada de dos meses y medio, sin que su madre lo supiera. Desde el minuto cero, Estela Barnes de Carlotto salió en su búsqueda y no paró hasta hallar su cuerpo y hoy reencontrar a su nieto.

Fueron varios los testigos que vieron a Laura Carlotto en el centro de detención clandestina La Chacha (en La Plata), y que afirmaron que dejaron vivir a la joven hasta tener a su bebé que habría nacido el 26 de junio en 1978. Para poder darlo a luz fue trasladada al hospital militar central en Buenos Aires. Una vez que nació le quitaron inmediatamente el bebé y la regresaron sola a La Cacha.

Dos meses después del nacimiento de su niño, Laura fue sacada del campo de concentración junto con otro compañeros y fue asesinada en una ruta del gran Buenos Aires.

Estela, que declaró en el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, explicó que le pidió a los represores: "Si ya la mataron entréguenme el cuerpo, no quiero volverme loca buscándola" y recordó “el 25 de mayo del 1978, la Comisaria Novena nos manda un parte diciendo que se citaba a los padres de Laura Carlotto para presentarse en la Comisaría de Isidro Casanova”.

“Eso nos generó mucha emoción de pensar que nos entregarían a Laura, pero también pensamos lo peor” y narró tristemente que “al llegar, el comisario nos mostró un documento de Laura y me dijo `lamento informarles que ha fallecido`”.

Carlotto relató que “yo ahí perdí la cordura y les dije `asesinos, la mataron, dónde está el niño`, y me dijo que no había ningún niño, y mientras intentaban calmarme me dijo que me llamó para entregarme el cuerpo de Laura, y eso ocurrió” (un hecho muy inusual).

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, contó “en su tumba tomé fuerza para decirle que voy a seguir luchando, por los 30.000  compañeros desaparecidos y para buscar a su hijito”, Guido el joven que hoy se reencontró con su abuela.

“La partida de defunción decía NN, y ella estaba destrozada, mi esposo no quiso verla”, contó Estela y explicó que “al día de hoy saco conclusiones y pienso que ellos (los militares) pensaron en que nuestra familia con eso se destruiría, pero se equivocaron porque una madre nunca olvida, y una abuela nunca para de buscar”.

“Yo no sabia que Laura estaba embarazada al momento de su secuestro, pero esta noticia como otras que recibimos, fue de una señora que fue liberada y se acercó al comercio de mi esposo para decirle que ella había estado encerrado en el mismo lugar que Laura”, narró Estela.

“Le explicó que no sabía donde era el lugar físicamente, y que Laura estaba con el sexto mes de embarazo y mandaba como mensaje a su papa que era Guido el nombre que quería ponerle a su hijo, y a mí me pidió que lo buscara (al bebé) en Casa Cuna, para que cuidara de su hijo”, agregó en su declaración en el juicio a los represores del centro clandestino La Cacha.

Repudió que “la historia oficial de estos asesinos fue que Laura nunca estuvo detenida ni embarazada, y que fue abatida porque andaba en un coche armado hasta los dientes y que no se detuvo en un control policial”.

“Pero hoy sabemos gracias a los peritos que fue asesinada, y que previo al asesinato se defendió porque le quebraron un brazo, que tuvo un niño a termino por las marcas en los huesos de su cadera, que fue asesinada de espaldas y a 30 centímetros de distancia le pegaron un tiro en la cabeza”, narró Estela.

"Yo soy católica y digo que a lo mejor, de mis palabras algo puede llegar al corazón de los que hoy están siendo juzgados y que digan, donde está Guido, dónde están los nietos”, decía Estela y hoy puede decir que gracias a su esfuerzo, y a vivir en democracia y en busca de verdad, memoria y justicia;  hoy, 5 de agosto de 2014,  se reencontró con su nieto.

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