Justicia 2017: la Corte benefició con prisión domiciliaria a un represor condenado
Con la firma de Maqueda, Rosatti y Rosenkrantz -y la negativa de Lorenzetti y Highton de Nolasco- la Corte revocó una sentencia de la Cámara de Casación, la cual dejaba sin efecto la prisión domiciliaria con la que se había beneficiado a Felipe Jorge Alespeiti. El represor de 85 años, que ejerció como teniente coronel del Ejército Argentino durante la dictadura, ahora cumplirá condena desde su casa.
Un fallo más bien repudiable fue el que la Corte Suprema de Justicia ejerció sobre el caso del represor, Felipe Alespeiti. El ex teniente coronel del Ejército, fue beneficiado con la prisión domiciliaria.
La decisión del máximo tribunal llegó después de que la Cámara Federal de Casación Penal haya dejado sin efecto la posibilidad de domiciliaria, a lo que la Corte consideró que "carecía de fundamento".
El fallo fue firmado por los ministros Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, mientras que Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco se manifestaron en contra de la decisión, y que debía cumplir la condena en una cárcel común.
En el caso, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal había revocado el arresto domiciliario de Alespeiti sobre la base de considerar el riesgo de fuga y el compromiso de la responsabilidad internacional del Estado argentino de garantizar efectivamente el cumplimiento de la pena.
Además tuvo en cuenta que en este tipo de causas no debía estarse a la edad o aptitud de salud del imputado, sino también considerarse la capacidad de la persona de influir en las estructuras de poder del que formó parte.
El teniente coronel Alespeiti fue jefe del Regimiento de Infantería I, y como tal, jefe del Area II de la subzona Capital Federal entre el 16 de octubre de 1975 y el 22 de septiembre de 1976.
Fue juzgado en el 2009 por 107 secuestros y desapariciones. Entre esos crímenes figuran las desapariciones del escritor Haroldo Conti y Marcelo Gelman -hijo del poeta Juan Gelman-, los asesinatos de los parlamentarios uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz -quienes se habían refugiado en la Argentina- y de sus compatriotas Rosario Barredo y William Whitelaw, entre muchos otros.