Así como la tradición y la liturgia son clave para el catolicismo, los evangélicos y otras iglesias cristianas adoptan las modas de la sociedad para llevarlas a su misa.

Pero este pastor se pasó tres pueblos y terminó armando una especie de barra brava con canciones adaptadas a la circunstancia para celebrar la reunión religiosa.

De este modo surgieron los cánticos bizarros -acompañados de bombo y tamboril- contra el Diablo y alabando a Jesús.