El proyecto contempla un monumento para "sanar las heridas" de "dos partes enemistadas" durante la última Dictadura Militar. Se trata de la creación del “Momumento a la Reconciliación Nacional” en Tucumán.

Esta iniciativa se da mientras se desarrolla en la provincia el juicio por delitos de lesa humanidad más importante que vieron hasta ahora a raíz del denominado 'Operativo Independencia', que estuvo a cargo de su padre en 1975, quien vale la pena destacar, puso en funcionamiento el primer centro clandestino del país.

Por eso, Natalia Ariñez, dirigente de H.I.J.O.S. tomó a este proyecto como "perverso" y sentenció: "No nos reconciliamos con violadores de mujeres embarazadas, con torturadores de jóvenes, con asesinos de dirigentes sociales, con ladrones de bebés”.

“No hablamos de dos enemigos que debieran darse la mano o de una guerra en la que hubo dos demonios, sino de delitos masivos del Estado contra la población, como lo confirman cientos de sentencias en otros tantos juicios a represores. Desconocerlo, es desconocer la historia”, dijo la dirigente de DDHH a Página/12.

Pero Bussi, insiste. Sus fundamentos son tan siniestros como el proyecto en sí: "Hemos padecido las secuelas de aquella guerra fraticida al ver morir al general Bussi preso, al igual que tantos otros hijos de militares que siguen padeciendo ese calvario con un inequívoco tono, no de justicia sino, de revancha”, dijo el hijo de represor que apoyó a Macri durante las últimas elecciones.

Según Ricardo Bussi, lo “novedoso” del monumento es que servirá para “dar un primer paso que ayude a sanar la mayor fragmentación y herida de la historia reciente argentina".

Bussi no es el único hijo de represor que tiene un cargo activo en la política, sino que su hermano también lo hace a través del Partido Republicano Fundacional. El bussismo no termina ahí, sino que un acérrimo defensor como Pablo Héctor Walter, es Secretario General Consejo Directivo Nacional del PRO y candidato a diputado por ese partido.