Googleó el nombre de su pareja y descubrió que estaba acusado de femicidio
Alicia Chamorro conoció a Martín Romañach por las redes sociales. En su primera salida él le contó de un pasado oscuro pero dijo que solo fue un "accidente". Con el paso del tiempo todo se volvió gris, hasta que finalmente decidió buscar quién era la persona con la que salía.
En 2013 una noticia se sumaba a las tantas historias sobre femicidio. Ornella Ragno había caído desde el balcón de un edificio. Los testigos vieron a un hombre yéndose. Ese hombre dijo que trastabilló y cayó. La causa casi queda sin culpables.
Alicia Chamorro era madre soltera a los 23 años, trabajaba por y para su hija de dos años y medio, Olivia. En mayo de 2015 - dos años después de la muerte de Ornella - aceptó la solicitud de amistad de Martín Romañach.
"Empezamos a hablar de la misma manera en la que conoció a Ornella, por una charla en Facebook. Nos vimos una vez en Plaza San Martín, me llevó el chocolate que me gustaba y nos dimos un beso. Al otro día me invitó a comer a la casa. Cocinó un pollo al verdeo con arroz. Para mí era todo un chef", confía Chamorro.
Con plena confianza, al terminar la rica cena, Romañach decide hablar sobre su pasado: "Me contó que algo lo marcó en su vida, que lo hizo madurar y crecer. Me dijo que una vez invitó a la casa de su abuela a una chica, que tomaron algo en la terraza, y cuando iban a tener relaciones sexuales se enredó con los pantalones y se cayó. Hasta ese momento, no sospeché nada".
"A la vista era un petisito por el que no dabas dos mangos. Fue frío y evadía preguntas porque decía que le hacía mal hablar y lo contaba como un accidente. Me dijo 'si me creés, te quedás conmigo e intentamos tener una vida juntos, o te abro la puerta y te vas. No me ofendo". Y Alicia se quedó.
Las primeras peleas fueron por celos y por falta de tiempo para verse. Ella imaginó que algunas inseguridades se debían a los traumas que él sufría tras haber sido criado por dos familias distintas. Romañach era adoptado.
Desde controlarla a donde iba a criticarla y decirle cómo tenía que vestirse. "Creía que lo engañaba y se enojaba si me veía con mis amigos", se lamentó y agregó "yo pensaba que eso era amor, pero ahora veo como me manipuló y me aisló de todos".
"A la hora de tener relaciones sexuales él no podía eyacular. Supuestamente estaba preocupado para que yo la pasara bien. Luego de varios encuentros me empezó a morder. De esa forma, él lograba eyacular. Me mordía los brazos, los pechos, me dejaba hematomas. Me mordía al punto de sangrar. Le decía que me dolía, le pedía que no lo hiciera pero no se detenía".
"Era un cadáver, un cuerpo golpeado. Una muerta en vida. Decía que eran marcas para que los demás supieran que era de él. Además, no podía arreglarme. Decía que lo que engañaba y me golpeaba más". Todos estos hechos están en los tribunales de Lomas de Zamora, donde los exámenes de los peritos forenses demostraron que la había lastimado.
Al mes de noviazgo, Alicía quedó embarazada: esperaba a una niña. La noticia no fue bien recibida por él. Cada vez la mordía más, la golpeaba y llegó a drogarla.
"Con el embarazo empezó el calvario. Me echaron de mis dos trabajos. Pasé de leerle un cuento cada noche a mi hija en mi casa familiar, a vivir en una pensión triste y sola. Olivia quedó al cuidado de mi familia. Perdí todo. Y él de vez en cuando me pasaba a buscar, me llevaba a comer o al cine, pero siempre tenía que tener sexo con él. Era una obligación. A veces debía ir a buscarlo a la fábrica de cobre donde trabajaba, y sin bañarse me obligaba a practicarle sexo oral".
Las mordidas cada vez eran más violentas. Llegó a mutilarle la vagina y a orinarla. Su entorno comenzó a preocuparse, que eso no estaba bien, pero Alicia creía que Martín podía cambiar.
"No me gustaba que me pegara. Me daba cuenta que me maltrataba. Le decía que lo quería ayudar, que iba a estar bien, que no me pegue más, que busquemos ayuda, que yo lo iba a acompañar y él me respondía: `Ni siquiera podes ayudarte a vos misma, cómo me vas a ayudar a mi´".
En un momento Alicia desapareció de su casa. Dos días. "No sabía cómo contar lo que me pasaba". Pero una amiga sí y le mandó un mensaje a Martín, para que no maltrate más a su amiga y su respuesta heló a más de uno, respondió que "ya tenía un muerta en su vida y no quería otra muerta más".
Pese a todo, Alicia lo volvió a ver y su amiga guardó ese mensaje que meses después será clave para sumarse a la causa por el asesinato de Ornella.
“Sabía que tenía que dejarlo. Pero estaba sola, embarazada, no tenía a donde ir. Mis amigas ya no querían hablar conmigo. En mi cumpleaños,Martín me invitó a dormir a su casa, me obligó a tener relaciones. Yo no quería, y me acusó de engañarlo. Se me tiró encima, me ahorcó, me escupió en la cara, me gritaba ´¡Por qué me haces esto!´. Pensé que me iba a matar. No podía dejar de llorar y él repetía ´Vos también te vas a poner a llorar´, y ahí me di cuenta que algo más pasaba”.
Luego de la tortura de aquella noche, Romañach se disculpó, y le prometió no volver a golpearla. Le propuso ir a Tandil o a Uruguay para que pueda abortar, pese al estado avanzado de su embarazo. Ella decidió alejarse de él y pasó la noche en la casa de un amigo.
“Estaba destruida pero recordé que él me había dicho el nombre completo de Ornella. Fui a la computadora, escribí el nombre de los dos y encontré una nota sobre el caso. Me di cuenta que salía con un asesino. Por Facebook rastreé a la familia de Ornella y empecé la lucha por las dos”, dice.
Al darse cuenta y de poder juntar las piezas del rompecabezas, decidió no callarse y hablar por quienes ya no podían. Al día siguiente habló con los padres de Romañach y buscó un refugio para alojarse.
Fuente: Big Bang News
En dos días se contactó con la hermana y el padre de Ornella, les contó lo que vivió y fueron al juzgado para que declarara. También la acompaña su amiga, quien en su celular guardó el mensaje donde Romañach decía que tenía "una muerta" en su vida.
El caso estuvo a punto de cerrarse, luego de las declaración de Ornella, aparecieron pruebas que comprometieron aún más a Martín como uñas de Ornella que al ser analizadas se encontró material genético de él.
“Lo crucé y nos miramos. Quiero verlo de nuevo en juicio para que escuche todo lo que tengo para decir”, asegura. Y pese a que Alicia no vive en el país de las maravillas, al compararse con la ficción cita el final de la película, cuando Alicia está completa y es quien quería ser.“Es el camino que elegí y luego de que se haga justicia por Ornella, iré a reclamar justicia por lo que sufrí”, sentencia.
Nota de Cosecha Roja.