A una semana de ser atacado cobardemente por las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich, el fotógrafo Pablo Grillo está consciente, lúcido, se queja de las molestias, le sacaron el respirador y ya se comienza a hablar de la rehabilitación.

Si bien todavía hay que esperar para ver si el cobarde ataque de los empleados de Bullrich le dejó alguna secuela, su padre Fabián no pudo contener las lágrimas al contar los avances de su hijo.

Mientras al hombre hablaba de ilusión, pasó un médico que lo saludó muy contento, lo que es una clara señal de la alegría que genera la recuperación de Pablo.

Patricia Bullrich también debe estar festejando ya que si el final hubiera sido diferente su responsabilidad en el hecho también se habría complicado.

Párrafo aparte merece el hecho de que Fabián confirmó que nadie del Gobierno lo llamó para solidarizarse ni para ponerse a su disposición, lo que no hace más que confirmar qué clase de personas nos gobiernan.