La titular de Abuelas de Plaza de Mayo se refirió al último nieto recuperado, hijo de Ana Rubel y Hugo Castro, en una conferencia de prensa que se realizó en la sede de la Casa de las Abuelas, en el barrio porteño de Monserrat.

Acompañada por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, y por nietos recuperados y referentes de otros organismos de Derechos Humanos, Carlotto dio detalles del joven que recuperó su identidad la semana pasada, luego de enterarse en agosto de este año de que no era hijo de quienes decían ser sus padres y acercarse en octubre a Abuelas para hacerse un análisis genético.

En ese marco, Carlotto, que recuperó a su nieto Guido Ignacio después de años de 36 años de lucha, relató que conoció al joven en el día de ayer y reflexionó: "Es un milagro que estos bebés que fueron torturados hayan sobrevivido con la integridad de ser herederos de su mamá y papá", ya que el nieto 116 nació en la ESMA, después de que Ana haya sido secuestrada en enero de 1977 con un embarazo de dos meses y dio a luz cinco meses más tarde durante su cautiverio en ese centro clandestino de detención.

Por los detalles que dio a conocer Estela, la pareja permaneció prisionera en algún centro clandestino de detención del Ejército hasta que Ana fue trasladada a la ESMA.

A partir de los testimonios de sobrevivientes de la Ex Esma, como Sara Solarz de Osatinsky y Alicia Miliase, se supo que en la enfermería del sótano, Ana dio a luz a su hijo que nació sietemesino y con un peso de menos de dos kilos.

Según informaron desde el organismo de DDHH, durante muchos años se sabía que el hijo de Hugo Castro había sido apropiado luego de que su mujer diera a luz en la ESMA, pero faltaba la información acerca de quién era la madre.

En el año 2000, por una investigación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y las declaraciones de los sobrevivientes de la ESMA quedó confirmado que la mujer mencionada en las denuncias como "Ana de Castro" era Ana Rubel de Castro.

Fue entonces que la hermana de Ana, Perla Rubel, se comunicó con su prima Delia Susana Horowitz, quien había sido la última persona en estar con ella antes de que la secuestraran. Delia le ratificó que ese día, 17 de enero de 1977, Ana le había contado que estaba embarazada.

Como los padres de Ana ya habían fallecido, a pedido de Abuelas se realizó la exhumación de sus cuerpos para obtener material genético e incorporarlo al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). De esta manera, en 2008 pudo completarse el perfil del grupo familiar Castro-Rubel.

El hijo de Ana Rubel y Hugo Castro decidió indagar sobre su identidad en agosto de este año. Fue a los pocos días de conocerse la restitución de Ignacio Guido Montoya Carlotto, cuando una persona cercana a la familia que lo crió se animó a confesarle que no era hijo de quienes decían ser sus padres.

Él nunca había dudado de su identidad ni había sospechado que podía ser hijo de desaparecidos. Esa información, que le ocultaron durante 37 años, permitió la semana pasada encontrarse con su verdad y su familia.

Cuando el nieto se enteró de esto, el hombre que lo crió le confesó que se lo entregaron en el Hospital Pedro Elizalde. Le contó que dos personas entraron con un bebé prematuro en brazos y, como nadie lo reclamaba, se lo quedó y lo inscribió como hijo propio.

Con esta información, el hijo de Ana y Hugo se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo el 16 de octubre último para comenzar la búsqueda sobre su origen. Fue recibido por miembros del equipo de Presentación Espontánea de la institución, quienes después de escuchar su historia, encontraron elementos suficientes como para derivarlo a la Conadi. Allí continuaron la investigación y solicitaron el estudio de ADN al BNDG, quien determinó que era hijo de la pareja secuestrada por la Dictadura.