Diego Leuco empezó expresando su solidaridad con los periodistas agredidos en la marcha pero no pudo con su genio y empezó a decir que cuando les pasó a ellos no hubo repudio ni solidaridad cosa que claramente es mentira. Ya que hubo gestos de repudio no solo de las entidades periodisticas y de todos los medios de comunicación sino también de funcionarios y gente de a pie.

Pero tal vez lo más grave del discurso pro grita del hijo de Alfredo Leuco fue decir que ellos no eran iguales y arrogarse la exclusividad de "los periodistas que amamos de verdad esta profesión" poniendo al resto en la vereda de enfrente.

Si quiso hacer un discurso solidario y antiviolencia le salió bastante mal.