El PRO combate la obesidad infantil con elásticos, tizas y semillas
La Ciudad les entrega a los chicos de colegio primario un elástico y tizas para que jueguen a la rayuela, y semillas de achicoria y rúcula para que se alimenten saludablemente. La preocupación es valedera, pero ¿éstas son políticas educativas y sanitarias o un chiste?
El 28,7% de las madres que consultó el Gobierno de la Ciudad manifestó que encuentra dificultades para que su hijos consuman verduras, y el 13,5%, frutas. Mientras que, sólo el 36% de los niños realiza actividad física fuera de la escuela.
Las cifras son preocupantes y se entiende la alarma entre las autoridades educativas y sanitarias. Pero regalar unas tizas, un elástico y semillas de hortalizas se parece más a una campaña para recuperar los juegos de otra época -como rayuela o elástico- que una iniciativa para combatir la obesidad infantil.
El programa denominado "Mi escuela saludable", comenzó en 2012 y alcanzó a 6500 chicos, padres y docentes: "El 47% de los niños y niñas de las escuelas que participaron de este programa presentaban exceso de peso corporal (sobrepeso u obesidad). Según sexos, la prevalencia de exceso de peso fue mayor en los varones (50,07%) que en las mujeres (44,53%)", informó la vicejefa de gobierno porteña María Eugenia Vidal.
Según los especialistas, existen factores de riesgo para el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, por lo tanto los niños que la padecen constituyen un grupo vulnerable.
El médico y ex diputado porteño Jorge Selser manifestó su preocupación en el tema, aunque cuestionó la metodología impulsada por el PRO: "Los chicos que van a un colegio público, en general, son los que menos recursos tienen, y los que peor se alimentan. En ese sentido, en vez de invertir este dinero en semillas de achicoria que no se sabe si tendrán lugar para plantarlas, se podría gastarlo en otras acciones más eficientes", dijo Selser, que como legislador pertenecía al partido Proyecto Sur. Y agregó: " Lo primero que hay que hacer es un relevamiento en todos los colegios de la ciudad para establecer qué tipo de problemas de salud tienen los chicos, no sólo de obesidad, y actuar en consecuencia".
"La verdad que esto parece un poco tirado de los pelos, puede servir si es acompañado con una campaña de concientización y educación. En principio, parece una campaña graciosa y llamativa", advirtió un grupo de padres con ciertas dudas sobre el programa.