Bajo el título "Why So Many World Cup Fans Dislike Argentina" (¿Por qué tantos fanáticos de la Copa del Mundo tienen aversión por Argentina?), una nota del diario New York Times asegura que el resto del mundo no simpatiza por nuestro país, porque el pueblo es "arrogante".

La nota se basa en una encuesta que, además de ser poco clara, carece de credibilidad.

Además se asegura que el resto de los países hermanos latinoamericanos no quieren a los argentinos por cuestiones históricas vinculado con lo económico, con Malvinas y lo histórico cultural.

"Esa tensión surge de diferentes maneras, con muchas personas en América Latina, hay un enraizamiento contra Argentina, y muchos argentinos que expresan la ira en contra de sus vecinos", asegura la nota.

La publicación también se asegura que Argentina en 1920 discriminaba racialmente a los futbolistas de Brasil. Suena curioso que esto se escriba en el país que ha construido un muro para impedir inmigración latina.

El objetivo claro de la nota es alentar un sentimiento antiargentino y alentar las división que históricamente Estados Unidos ha fomentado entre los países latinoamericanos.

Los últimos años, gracias a presidentes como Hugo Chávez, Lula Da Silva, Néstor y Cristina Kirchner, Latinoamérica se reencontró tanto desde lo económico, lo cultural y lo emocional.

La potencia del norte ve mermado su poder de influencia en los países del sur que lograron una vía alternativa al modelo neoliberal que imponía "relaciones carnales" en el caso de Argentina y Estados Unidos.

Este reverdecer de las relaciones entre los países hermanos se evidencia en organismos como Unasur, el no al Alca en Mar del Plata en 2005, o la unidad ante los intentos de nuevos golpes de estado en la región.

Las rivalidades entro los pueblos, hoy sólo están confinadas al fútbol, y tienen que ver con parte de los códigos culturales que, en realidad, hacen que los países de la región estén cada vez más cerca. Tal vez desde Estados Unidos no se comprende la pasión futbolera, por eso puedan ser aceptables este tipo de notas como las del New York Times. Lo más notorio de esta nota, es que desde el poder no tolera la hermandad latinoamericana.