Drámático relato de un periodista en Mar del Plata: esposado y torturado por la policía local
Un periodista que asistió al importante festival de cine en la que una vez se supo llamar 'La Feliz', relató luego su odisea. Sin ninguna razón cuatro policías lo esposaron, lo maltrataron, lo quebraron psicológicamente, solo para "darle una lección". Imágenes retroactivas a las épocas de dictadura ocurren hoy bajo el mando del macrista y neo nazi, Carlos Arroyo.
Un relato que realmente da escalofríos. Así lo puede sentir uno cuando se pone en la piel de Bruno Ciancaglini, periodista del periódico Lavaca, quien viajó a Mar del Plata para cubrir el Festival Internacional de Cine, y se encontraría con una película de terror. Solo que protagonizada por él mismo.
Según su relato, todo comienza en una plaza junto a extrangeros y otros invitados del Festival, cuando escucharon el portazo de un patrullero. Cuatro efectivos se hicieron presentes de manera violenta, y allí empezó su drama.
"El oficial me hace saber que tiene autoridad como para llevarme detenido. Le digo que tengo derechos. Se ríe y da media vuelta. En ese momento, tomo la decisión que marcaría el destino irreversible de una noche que ya estaba clareando. Me alejo unos metros, apunto a los oficiales con el celular y saco dos fotos".
Pero su odisea acababa de comenzar. El periodista denunció reiterados abusos de autoridad, una detención arbitraria que llevó varias horas, maltrato físico y psicológico, y demás transgresiones por parte de los efectivos. Aunque en la actual Mar del Plata no es nada nuevo, ya que la libertad para que los oficiales de la ley actúen arbitrariamente parte desde el Ejecutivo local.
El propio intendente de la ex 'Feliz', Carlos Arroyo, es un acérrimo defensor del "orden público". De hecho, es vinculado con células nazis en Argentina, y ha sido visto con simbología hitleriana en su despacho. No es por nada, que durante los últimos años, grupos neonazis comenzaron a crecer en la ciudad balnearia, y se multiplicaron los ataques a homosexuales.
"Son las cuatro de la tarde de ese mismo sábado. Camino por la avenida Peralta Ramos desde el Hotel Provincial hacia el hotel donde me hospedo. Cuatro policías van a paso acelerado detrás de un muchacho de gorra y camiseta de fútbol. En un momento, el muchacho detiene la marcha y, en tono conciliatorio, les dice: “Dale, loco, no me peguen”. La respuesta no tarda en llegar: uno de los policías saca un tubo de gas pimienta y se lo tira en la cara. El viento trae la sustancia hasta mis ojos".
En un 'flashback' el periodista cuenta algunos sucesos llamativos que ocurrieron en Mar del Plata durante su estadía, que desencadenaron en su experiencia propia. Si querés leer el texto completo, HACÉ CLICK ACÁ