Demuestran que las balas de goma son demasiado peligrosas para contener protestas
Un estudio de una universidad estadounidense determinó en base a la recolección de datos sobre actuaciones policiales que el uso de este armamento "tiene la potencialidad de generar heridas severas y muertes". En las calles porteñas, esta semana se comprobó fehacientemente.
A través del registro organizado sobre los resultados que provocan las llamadas balas 'no letales', investigadores de la Universidad de California determinaron que su uso por parte de las fuerzas de seguridad es potencialmente mortal, causa de discapacidad y de provocar daños severos en las personas.
Normalmente utilizadas para contener protestas sociales desde los Estados Unidos hasta la India, las balas hechas de plástico, caucho u otros materiales representan la salida que encontraron los Estados para ejercer su poder de una forma 'menos letal'. Estas municiones están diseñadas para perder velocidad rápidamente, reduciendo la fuerza del impacto, aunque es frecuente que los tiradores no siempre cumplan con las normas que exigen apuntar a los miembros inferiores de las personas.
Según reprodujo The Guardian, este informe reitera en base a hechos de este año que los proyectiles pueden causar lesiones graves, particularmente a corta distancia, mientras que a distancias más largas, son imprecisos y pueden provocar lesionar a transeúntes que pueden no estar involucrados.
Se trata de un trabajo que recopila datos de 26 estudios desarrollados desde 1990 sobre cómo repercuten estas armas en protestas civiles hasta detenciones criminales.
Se analizaron casi dos mil casos de personas heridas con este tipo de proyectiles: el 15% quedaron permanentemente discapacitados -sobre todo la pérdida de órganos de la visión- mientras que el 3% -unas 51 personas- murieron. Casi todas las lesiones se clasificaron como graves.
En el caso del Reino Unido, las balas de goma fueron reemplazadas por balas de plástico en la década de 1970, y en la actualidad se utilizan balas de poliuretano con una nariz llamadas AEP. Desde el Ministerio del Interior británico reconocieron que las AEP no están diseñadas para ser utilizadas para el control de multitudes, sino contra una persona violenta o potencialmente violenta.
Especialmente los porteños -aunque la avanzada violenta contra comunidades originarias a lo largo del país también tiene muchos casos de represión con este tipo de armamento- no acostumbramos en los últimos días a ver los efectos reales del accionar policial contra las protestas sociales y este estudio internacional da cuenta de que el Estado poco se preocupa por la seguridad verdadera.