Los usuarios de TDA ya habrán notado que la grilla dispuesta por la Afsca, luego de un trabajo de empadronamiento incluyendo a los medios comunitarios y otorgando las primeras licencias a televisoras y radios de este tipo, no se cumple. En el canal 33.1 deberían emitirse programas que se producen en los estudios de la fábrica recuperada IMPA (Barricada TV), y en el siguiente, el 33.2, Urbana TeVé ya podría estar transmitiendo la labor periodística profesional desde la Villa 31. Pero no, en ambas, la señal propiedad de Artear tiene su lugar amparado por el ente de facto, Enacom.

Este bloqueo de la señal no permite que los dos canales barriales -además de Pares TV de Luján- no puedan desarrollar las pruebas necesarias. Canal 13 debiera estar en la señal 35, según dispuso el reaordenamiento de la grilla en 2015. Desde el Enacom, que dirige el jefe de campaña macrista Miguel De Godoy, no sólo no responden a los reclamos sino que le permiten al multimedio multiplicar su alcance y continuar con su operatoria de arrasar con el espacio digital, por medio de la habilitación para comprar la telefónica Nextel, Fintech y Telecom.

El Grupo Clarín libró la batalla en el terreno judicial el año pasado, y con el resultado de las elecciones, su solicitud de una medida cautelar contra todas las resoluciones de la Afsca, disconformes con las adjudicaciones y el reordenamiento de la grilla de la TDA, pone a la comunicación comunitaria en jaque. 

Con tres argumentos hipócritas pretenden lograr que la justicia resuelva "inconstitucionales" las medidas del proceso de digitalización: primero, Clarín considera que se afecta el “derecho adquirido” con una mudanza “forzosa” de frecuencia, que generaría costos económicos; segundo, se oponen a que los canales estén en “igualdad de condiciones” a los antiguos licenciatarios; y tercero, denuncian competencia “desleal” ya que los medios comunitarios sin fines de lucro, pueden vender publicidad al igual que los demás. Si, quieren la chancha, los 20 (chanchitos) y la máquina de hacer chorizos.

"El gran okupa argentino", es el título de la crónica publicada por la revista NAN, que detalla el avasallamiento del medio hegemónico sobre los comunicadores comunitarios.