"Soy mozo hace 17 años, y estaba contento con mi trabajo" contó Luciano, quien perdió su puesto en el restaurante donde trabajo por un hecho en el que no hizo nada mal.

Pero su reacción divertida cuando lo grabaron mostrando la escasísima propina que le habían dejado unos clientes ruines fue suficiente para que los dueños del establecimiento decidieran darle de baja.