Fue el presidente Mauricio Macri quien, a priori, habilitó el debate en el Congreso, más no sea como para soltar algo de lastre en medio de indicadores económicos y sociales que alientan el malhumor popular.

Pero de entrada hubo dudas con relación a un eventual veto presidencial si es que sale una ley que no conforme al Ejecutivo, teniendo en cuenta que la legalización y gratuidad no son del agrado de la mesa chica del macrismo.

Pero el presidente del bloque de diputados nacionales del PRO, Nicolás Massot, quiso despejar esas dudas, al señalar que Macri “no” usará ese poder de veto si el Congreso aprueba la ley.

Sin embargo, al ser consultado sobre el tema, el jefe de Gabinete Marcos Peña no descartó la posibilidad de que el Presidente vete una norma de aborto legal y gratuito, como es la aspiración de la mayoría de los sectores políticos y sociales que bregan por la ley.

"No nos vamos a anticipar… Lo que hemos planteado es que la Argentina está madura para dar el debate. Vamos a dejar que trabaje el Congreso", dijo Peña.

En medio –o a los lados–, están aquellos que en el oficialismo impulsan el llamado a una consulta popular no vinculante sobre el tema; sobre todo, muchos radicales que ven con buenos la posibilidad de que Cambiemos vuelva a obtener cierto consenso social.