Pablo Caruso se enfrentó a la jauría de Viviana Canosa y demostró que con argumentos, hasta los ataques más furibundos pierden su efecto.

El periodista explicó por qué no tiene sentido tenerle miedo a la vacuna que viene de Rusia. Pero antes también se refirió a la idea de que el problema del país son los sueldos de los políticos. 

Cansada de escuchar verdades, Canosa se paró y le dio una vacuna para que no opinara más.