Desde su nacionalismo extremo Santiago Cúneo hirvió de bronca cada vez que escuchaba a Javier Milei reivindicar a Margaret Thatcher y sostener que las Malvinas no serían una prioridad en su gobierno.

Desde el primer momento apuntó contra La Libertad Avanza -primero le pegó con dureza al proyecto de la dolarización y luego a sus vínculos con la Dictadura- y esperó los resultados de las elecciones para salir a darles lo que tenía guardado.

Fiel a sus estilo utilizó toda su artillería de imágenes de sodomización y desplegó su homofobia para castigar a Milei, asegurando que en noviembre la paliza va a ser peor, aun peor.