Durante varios años y a raíz de los casos de desapariciones de personas que se fueron dando el país fue generando una red de programas anti trata de personas.

Estos programas abarcaban los delitos de trata de mujeres para prostitución, de hombres para trabajo esclavo y el secuestro de niños para venderlos.

Rolando Graña relató que, con la excusa de que “no hay plata” todos esos programas fueron desfinanciados por el gobierno y si bien no acusó a nadie de ser responsable, al menos podría hablarse de una complicidad por inacción.