El ahora ex funcionario fue la cabeza de la gestión que echó a más de 500 trabajadores en diversas plantas de Fabricaciones Militares del país entre las que se encontraban Río Tercero, Beltrán, Azul y Villa María.

La renuncia de Luis Riva fue aceptada por el presidente a través de un decreto que también firmó el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y que fue publicado en el Boletín Oficial.

En la norma se designó a Ricardo Casal, también de profesión ingeniero, al frente del organismo dependiente del Ministerio de Defensa. Durante la gestión de Riva se registraron conflictos en distintas plantas de la entidad por unos 500 despidos.

El saliente funcionario justificó los despídos escudándose en un supuesto "panorama desolador fruto de -al menos- numerosas negligencias de los funcionarios designados por el anterior gobierno, cuando no errores graves en la decisión de inversiones, inoperancia en la gestión comercial, ineficiencia en las acciones de producción o irresponsabilidad en el aumento de la cantidad de colaboradores a quienes se dio empleo y sueldo, pero no trabajo".