Tras entrevistarse el lunes con su canciller, Luiz Alberto Figueiredo, Dilma Rousseff decidió anunciar la suspensión de su viaje a Washington.

Es por la falta de respuestas satisfactorias al reclamo por el espionaje hecho con intención "económica y comercial", según dijo la mandataria, por robar información en Petrobras sobre las enormes reservas de petróleo y gas en aguas ultraprofundas de la llamada capa "pre-sal" en el litoral atlántico.


El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se había comprometido con Rousseff a responder a sus inquietudes en una semana, pero el plazo que expiró hace diez días, informó la agencia noticiosa estatal ABR.


Además, la suspensión de la visita fue oficializada también en una nota divulgada por la Presidencia brasileña, en la que aun cuando se dice que fue tomada de común acuerdo con Obama, se cita en muy duros términos la actividad de las agencias de inteligencia de Estados Unidos en Brasil y no se oculta que ése fue el motivo.