Si del paro vamos a hablar preferiría comenzar con el factor clave: los trabajadores. Esos que confluyen en un gran movimiento y que puede, mediante el cese de actividades, reclamar por sus derechos y lograr a través de sus medidas de fuerza, justamente "forzar" decisiones políticas que de otra manera, una vez agotado los canales de diálogo, no podrían llevarse a cabo.

Las medidas extremas como el corte de una calle, un piquete, una marcha, un escrache o una manifestación, sirve para visibilizar los reclamos, y los medios de comunicación son, justamente, la herramienta para que se masifique. Si se rompe el status quo, el normal desenvolvimiento de una parte de la sociedad, la ciudadanía entonces está obligada a enterarse de que un sector está descontento con su situación actual.

Los anteriores párrafos sin embargo no creo que describan lo sucedido el pasado jueves 10 de abril. El paro fue decidido por las cúpulas de la CGT opositora y cada gremio se posicionó de acuerdo al espacio que tiene en el esquema actual. Dudo mucho que se hayan convocado asambleas para ver si, la representación de cada sindicato, está en sintonía con lo que la mayoría de sus afiliados busca.

Por otra parte los medios de comunicación hicieron propia la difusión del paro. El fin no fue difundir el reclamo de los trabajadores sino agrandar el impacto que podría tener para el gobierno nacional un cese de actividades fogoneado por un sector que opera políticamente en contra.

Además el cese de actividades en sectores clave como el transporte y los piquetes en los principales accesos a la Capital Federal también condicionaron la decisión de los trabajadores, muchos de los cuales no tuvieron otra alternativa que no concurrir a sus puestos de trabajo.

Incluso fue el propio titular de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schimdt, quien reconoció en conferencia de prensa que si bien "no es la misma situación que está atravesando el resto del mundo, actuamos en defensa propia y nos estamos anticipando a los hechos".

Esta declaración si bien no le quita importancia a las premisas que enmarcaron el paro si podría dejar entrever que mas que una búsqueda concreta de mejoras de condiciones laborales en general, se buscó un impacto negativo en la administración nacional.

Por otra parte fue atípico que las redes sociales se volvieron, tal vez, uno de los pocos reductos donde una parte de la fuerza laboral pudo expresarse sin condicionamientos ni representantes.

Un paro que se construyó de arriba para abajo y no de abajo para arriba, como tendría que haber sido.