Mientras se espera el apoyo de las organizaciones sociales, políticas y gremiales al reclamo de los jubilados, la violencia contra la clase pasiva sigue creciendo.

Los jubilados y pensionados solo están pidiendo vivir dignamente después de toda una vida de trabajo pero al parecer para el Gobierno eso es un delito que debe reprimirse con toda la fuerza posible o al menos eso fue lo que demostraron con palos y gases en la puerta del Congreso.

Lo cierto es que se nota el temor en una parte de la sociedad y si consiguen meter miedo es una lucha perdida.