Armas e inmigración son dos temas sensibles en cualquier sociedad, pero se agrava si la discusión se da en los Estados Unidos. Un país que supo construir un muro para evitar el ingreso de inmigrantes provenientes de la frontera con México, puede comenzar a discutir una nueva ley que reforme las normas que regulen el ingreso y la residencia de extranjeros.

Al mismo tiempo, las reiteradas masacres que se cometieron en distintos establecimientos comerciales y educativos de este a oeste del país, reavivó el debate sobre la accesibilidad a las armas y su uso. La reciente masacre de Connecticut que dejó más de 20 muertos, sensibilizó a la población, sin embargo, el lobby de la fabricación de armas es uno de los más poderosos en los Estados Unidos y se prevé una discusión dura.

Barack Obama, tras superar el temblor de la posibilidad de un abismo fiscal, impulsaría ambos debates en el seno del Congreso de Estados Unidos y se prevén largas discusiones que, por supuesto, harán eco en los medios de comunicación; protagonistas excluyentes que ya ponen en destacado los primeros cruces políticos por ambas reformas.

Se da por sentado que el ala de extrema derecha del Partido Republicano, el Tea Party, se opondrá de lleno a ambas reformas, sin embargo, sectores más moderados podrían acercar posiciones con los Demócratas en el Congreso. Aún así, se espera que recién para junio de este año se pueda comenzar a discutir en el ámbito legislativo, en medio de un debate caliente que se podrá ver a través de los medios de comunicación.

Aún no están claras las reformas que el gobierno de Barack Obama impulsará en materia inmigratoria y aunque legisladores de ambos partidos mayoritarios trabajan en un posible texto, se desconocen los alcances del mismo y qué tan importante será el apoyo que podría brindar el Partido Republicano a la reforma impulsada por los Demócratas.

Con respecto a las armas, el humor varía de acuerdo a la cercanía de las reiteradas masacres que ocurren en todo Estados Unidos y que ya dejaron centenares de muertos, en la última ocasión, chicos de un jardín de infantes.

La relación del pueblo estadounidense con las armas es llamativa; mientras algunos proponen controles sobre la venta de armas, algunos integrantes del Partido Republicano propusieron armar a los docentes para evitar masacres en los colegios.

En este contexto, Obama impulsaría una ley que controle la venta de armas de fuego y municiones que, al día de hoy, se muestra muy sencilla. Sin embargo, la sensibilidad del tema y la enmienda constitucional que les permite a los ciudadanos portar armas, parecen obstáculos tanto culturales como legales a la hora de encarar una reforma.

Lo cierto es que Barack Obama buscará llevar adelante cambios en ambos temas y para hacerlo deberá acordar con sectores no radicalizados del Partido Republicano que estén dispuestos a discutir y apoyar reformas en la venta de armas y en la política inmigratoria, nada más y nada menos.