El programa de Daniel Parisini -conocido en las redes sociales como El Gordo Dan- es uno de los más fuertes del stream libertario, donde se vanaglorian de “hacer llorar a los kukas”.

Javier Milei le debe gran parte de su ascenso al poder a la convocatoria de estos influencers que crecieron como hongos tras la pandemia.

Como había prometido, fue como invitado a La Misa y no tuvo mejor idea que llevar un busto con su propia figura, en un giro de narcisismo difícil de superar.