El cinismo del diputado Sergio Massa no tiene límites. Esta vez, repudió a los jóvenes militantes que acompañan los actos políticos del oficialismo tocando los bombos.

¿Preferirá Massa que todos sean barras bravas como los de la hinchada de Tigre que contrató para los festejos en su búnker el año pasado?

En un acto realizado el lunes en La Plata, el diputado nacional cuestionó: “No sirve que muestren a los jóvenes tocando el bombo en los actos oficiales”. Y adelantó que a esos mismos jóvenes “a partir de 2016 los vamos a mostrar en las universidades, en las fábricas y construyendo futuro”.

Las declaraciones de Massa se contradicen con las imágenes de agosto del año pasado, cuando la hinchada de Tigre y los micros repletos de gente que llegaban de Malvinas Argentinas, llevados por Jesús Cariglino y de Almirante Brown, por Darío Giustozzi, tapizaron su búnker para festejar por la victoria en las elecciones legislativas.

Aquel domingo, “a bombo pelado”, los muchchos le inyectaron algo de clima peronista a los festejos en el Complejo Pipa.

Para Massa, indudablemente, está mal que un joven concurra a la universidad o que después del trabajo, milite en una agrupación política.

¿Acaso para Massa tocar el bombo es de marginal? Si es así, ¿por qué les paga a los marginales de los barrabravas? Su indignación porque un joven milite, concurra un acto y hasta toque el bombo remite al concepto de la antipolítica, bien de los noventa.

Claro, en los actos políticos de aquella década, no había jóvenes conmovidos por un proyecto político, sino más bien los pocos 'descamisados' que había abajo del escenario eran un puñado de marginales, de esos a los que se les paga, para que toquen los bombos.